miércoles, 22 de julio de 2009


Conociste a alguien, a alguien muy especial, que te gustaba su sonrisa y su forma de mirar, y despacito sin darte cuenta de el te enamoraste. Sentiste nuevas sensaciones que quizás no entendias y a todas tus amigas, de él les hablaste. Y tus libros y pupitres con su nombre manchaste y en tu corazón fuerte su nombre grabaste con letras que quizás nunca olvidarás. Y un día vino a buscarte y vos te sentaste en un banco, y te habló de miles de cosas que no habías oído jamás. Y te besó despacito, quizás te asustaste. El día en que te paso eso tu mundo cambió, lo viste maravilloso, un mundo de cristal en el que solo los dos podían habitar. Mires donde mires su rostro viste, sus cabellos, su sonrisa, y su forma de besar. Pero un día ese mundo lo viste derrumbar y te quedaste sentada mirando como el se fue, y una lagrima dorada tu rostro mojó, te quedaste vacía, sin ganas de llorar. Lo veías con sus amigos y no lo querías saludar. Al cabo del tiempo con otra lo viste, recordaste esos tiempos y de nuevo lloraste. Tus amigos y amigas te intentaron animar y te presentaron a alguien, a alguien muy especial. Te gustará su sonrisa, y su forma de mirar y aunque no te des cuenta, te habras vuelto a enamorar «

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